Es una vergûenza.
Cada una de las acciones en favor de Síndicos con alma de delincuentes perjudica más a su propio Gobierno.
Con hampones en la Superintendencia favoreciendo a otros rateros es difícil que ayuden a proyectar su propio gobierno.
La Superintendencia de Quiebras se quiebra. con ello, a sí misma y a su gobierno.
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